viernes, 7 de octubre de 2011

Las especias

Las especias. Qué maravilla. Asia huele a especias. A qué especias? pues no lo sé, porque no he comido nada cocinado, y a las ensaladas y la fruta no suelen echar nada. Bueno sí, a la fruta le echan sal y chili. Sí. Eso es. Supongo que será para potenciar el sabor. A mi la mezcla no me gustó demasiado.


En mi estancia en Camboya, como no podía ser de otra manera, visité los mercados y encontré varios puestos con montones de especias. La mayoría las conocía. Otras, las había leído en recetas americanas pero no las he encontrado en España. Supongo que estarán, pero no donde yo vivo.
Os hablo del "lemon grass", por ejemplo o el "lime leaf". No sé para qué lo gastaré, pero lo compré. Tengo tantas recetas crudiveganas almacenadas y no archivadas correctamente que no sé dónde vi aquella receta con estos ingredientes. Ya les llegará su turno.





También compré "Anise". Huele a una mezcla entre anís y canela. Un olor muy interesante. No me pude resistir.








Y también me aventuré con A Mok, que según leo, lleva Lemon Grass, ajo y Galangai. He indagado sobre el Galangai y parece ser que es una especia de aspecto similar al jengibre pero con sabor a pimienta, muy fuerte.
A Mok también lleva Kaffir Lime Peel. La lima Kaffir (también se conoce como combava, purut o sambal jeruk) da un fruto similar a la lima que todos conocemos. Tanto las hojas como el fruto proporcionan un sabor cítrico muy fuerte y floral que se aplica en infinidad de platos de la cocina tailandesa y del sudeste asiático, incluso en algunos cócteles y como medicina tradicional en Indonesia.







Otra especia que conocemos muy bien en España es la canela. Compré canela, pero estas dos versiones muy divertidas. La primera de ellas, en bote. Lleva tapa y el bote en sí es rama de canela tallada. Se usa para meter dentro otros ingredientes que quieras aromatizar, como por ejemplo, café. Yo no lo gastaré para aromatizar café, porque no tomo café. Pero el bote y su olor me encantó. Tendré que buscarle otra utilidad.







Y seguimos con la canela... En España estamos acostumbrados a la canela en rama. Bien, yo diría en ramilla, si se compara con la rama de canela que compré (sólo un trozo muy pequeño).




Aquí podéis ver un trozo más grande que sostiene la mujer del puesto donde la compré.




Fuera del mercado, encontré un establecimiento donde vendían infinidad de especias. Entre las montañas de olores y colores encontré empaquetado sésamo negro, que compré, porque el sésamo me encanta y porque el precio era muy inferior al de España.

También compré lo que, por el dibujo, creía que eran semillas de chía, otra semilla que adoro, especialmente con leche de almendra. Sólo compré un paquete, por si no eran semillas de chía, y no lo quise abrir para que no se estropeara o se saliera de la bolsa, dado que aún quedaba mucho viaje por delante. Ahora me arrepiento. Son las mejores semillas de chía que he probado. Se hinchan mucho y con mucha rapidez, y están realmente buenas, sin contar que me costó mucho más barato que en España. Lamento no acordarme del precio, pero sé que era inferior.




Estando en Vietnam también visité lo que aquí conocemos por supermercado. Y por el precio tan económico, compré agar agar y setas deshidratadas, mmmmmmmm!!!






Una imagen habitual en los mercados son los frutos secos. Lástima que todos sean tostados, fritos, salados y azucarados!!!!!! 
Las gambas y pescados secos también tenían un papel protagonista.



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